“Cualquier envío de tropas a Siria sin la aprobación del Gobierno de Damasco será considerado como una flagrante violación del derecho internacional”, ha asegurado este jueves el representante sirio.
Cualquier envío de tropas a Siria sin la aprobación del Gobierno de Damasco será considerado como una flagrante violación del derecho internacional”, declara el embajador permanente de Siria ante la ONU, Bashar al-Yafari.
Al-Yafari ha manifestado que tal despliegue es contrario a la Carta de las Naciones Unidas —que enfatiza respetar la soberanía de los países— cual sea la razón; luchar contra el terrorismo o entrenar fuerzas locales.
Durante una entrevista con la agencia rusa de noticias Sputnik, Al-Yafari ha recordado que cada acto en el suelo sirio debe ser coordinado con el Gobierno del presidente Bashar al-Asad.
Al-Yafari ha recalcado que actualmente Damasco está luchando contra los grupos terroristas EIIL (Daesh, en árabe) y el Frente Al-Nusra (afiliado a Al-Qaeda), entre otros, bajo las normas internacionales y las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU).
Además, ha informado de la preparación de Damasco para cualquier cooperación bilateral y multilateral en la lucha antiterrorista, siempre y cuando la contraparte respete la soberanía nacional y la vida de los civiles y tenga la aprobación del gobierno central.
Asimismo, ha anunciado que Damasco pidió al CSNU que asuma sus responsabilidades y evite la repetición de los ataques llevados a cabo por la coalición liderada por EE.UU. que destruye la infraestructura de Siria so pretexto de luchar contra Daesh.
Ha evocado que conforme a las leyes internacionales, Damasco tiene el derecho de exigir a la llamada coalición anti-EIIL a pagar compensaciones por las demoliciones que dejaron sus bombardeos en las instalaciones económicas sirias.
EE.UU. comenzó el 8 de agosto de 2014 a bombardear varias regiones de Irak, so pretexto de combatir a Daesh, y amplió el 23 de septiembre del mismo año su campaña a Siria en el marco de una coalición en la que participan varios de sus aliados regionales y occidentales.
El pasado mes de agosto, el opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH) informó que al menos 200 civiles sirios han perdido la vida como consecuencia de los ataques aéreos de la coalición anti-EIIL, de ellos 104 son mujeres y niños.
En este contexto, la Cancillería de Siria envió dos cartas por separado al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y al CSNU, denunciando que la coalición liderada por Washington está aniquilando las instalaciones económicas del país árabe en vez de atacar las posiciones de Daesh.
No es la primera vez que el Ministerio sirio de Asuntos Exteriores se querella contra dicha coalición ante la ONU y el CSNU; a principios del pasado mes de noviembre acusó que la coalición busca arruinar a Siria, bombardeando pozos de petróleo y de gas y las instalaciones petrolíferas y gasíferas de Siria.
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