“A todos los países responsables con quienes mantenemos contacto, y a Turquía entre ellos, les recomendamos con insistencia que analicen la situación, las permanentes declaraciones militaristas del régimen de Kiev, y les advertimos de que no fomenten estas aspiraciones militaristas”, ha subrayado este lunes el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia durante rueda de prensa con su homólogo egipcio, Samé Chukri.
Lavrov ha puesto de relieve que la situación en el este de Ucrania es lo suficientemente tensa como para que Turquía avive más las disputas y complique la situación.
El pasado jueves, Estados Unidos notificó el despliegue de sus buques de guerra en el mar Negro en apoyo a Ucrania y el paso de ellos por el estrecho del Bósforo en Estambul, Turquía, el próximo 4 de mayo.
En este sentido, el jefe de la Diplomacia rusa ha criticado las medidas de Washington y ha expresado que la pregunta sigue sin respuesta sobre la misión que el país norteamericano está haciendo “a miles de kilómetros de su territorio”.
En 2019, Kiev y Ankara firmaron un contrato para la compra de drones de combate. Según fuentes locales, el contrato se ha materializado recientemente y seis aparatos ya están en el territorio ucraniano.
Las relaciones entre Rusia y Ucrania se han ido deteriorando, en particular, desde que la península de Crimea se reincorporó a Rusia tras un referéndum en marzo de 2014, en el que más del 96 % de los crimeos votó a favor de la consulta.
Desde entonces, Rusia y el Occidente siguen sin poder superar las brechas que surgieron a raíz de esta coyuntura que condujo a Ucrania, con apoyo de sus aliados occidentales, a involucrarse en una campaña bélica contra los grupos soberanistas de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.
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