“Debemos estar preparados para dar una respuesta oportuna al despliegue de misiles por países occidentales cerca de nuestras fronteras”, ha resaltado este lunes el mandatario ruso en una reunión con representantes del Ministerio de Defensa.
Putin ha destacado el carácter “incesante” de las actividades militares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), lamentando el hecho de que EE.UU., en particular, haya abandonado varios tratados internacionales, degradando así los sistemas globales de control de armas.
Además, ha dejado claro que Moscú no va a “producir ni desplegar misiles de mediano y corto alcance en la parte europea de Rusia ni tampoco en cualquier otra región del país”, mientras ha reiterado que los enfoques del Gobierno ruso en el ámbito militar “tienen un carácter puramente defensivo”.
Sin embargo, Putin ha asegurado que Rusia continuará reforzando sus Fuerzas Armadas y ofreciendo una alta preparación para el combate de sus unidades militares nucleares a fin de garantizar la seguridad y mantener la paridad estratégica en la escena global.
En este sentido, ha advertido de que la velocidad de la modernización de las armas en el mundo supera “la de la Fórmula 1, son velocidades cósmicas”, ha dicho para después agregar “nuestro país no puede quedarse atrás”.
Rusia viene denunciando el aumento de los vuelos de espionaje y la navegación de buques de guerra de la OTAN, encabezada por EE.UU., cerca de sus fronteras, sobre todo a medida que Washington y sus aliados han incrementado su presencia militar en los países del este de Europa, colindantes con su flanco occidental.
Moscú considera una amenaza directa a su seguridad nacional estas actividades ilegales. Por ello, recientemente, ha establecido estaciones de radar, capaces de detectar objetivos de ataque a una distancia de 3000 kilómetros y de interceptar cazas sigilosos.
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