El canciller ruso, Serguéi Lavrov, ha hecho notar que las ofensivas contra objetivos terroristas es la respuesta a los ataques que ellos lanzan contra las posiciones de las fuerzas sirias y rusas, e incluso civiles, desde puestos de vigilancia establecidos por Turquía en las zonas delimitadas como “zonas de desescalada de tensión” en Idlib (noroeste).
En una rueda de prensa mantenida este lunes con su homólogo tayiko, Sirodjidin Mukhriddin, en Moscú, capital rusa, Lavrov ha matizado que en ninguna parte de los acuerdos alcanzados entre los presidentes de Rusia y de Turquía, Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan, respectivamente, sobre el conflicto en el norte de Siria se ha estipulado que nadie responderá los ataques de los terroristas, por eso, la respuesta militar del Ejército sirio “no sorprende a nadie”, ha recalcado.
“Nadie jamás ha acordado en que no habría ataques de represalia contra los terroristas, si ellos atacan (…) Estoy seguro que el Ejército turco, desplegado en Siria, ve y entiende bien todo perfectamente”, ha dicho el ministro ruso de Asuntos Exteriores.
En virtud de tal acuerdo, ha añadido Lavrov, los grupos de la oposición siria deben separarse de los terroristas para no convertirse en blancos de ataques del Ejército sirio, apoyado por sus aliados.
Pese a la creciente tensión entre Rusia y Turquía sobre Siria, Moscú y Ankara se están preparando para mantener nuevas rondas de diálogos para abordar la cuestión de Idlib, de acuerdo con Lavrov, quien ha puesto su esperanza en el logro de resultados constructivos.
Rusia, que censura que Turquía está violando el acuerdo de Sochi, al seguir apoyando a los grupos terroristas en Idlib, destaca la importancia de tomar medidas eficaces para neutralizar la amenaza terrorista, a la vez que se respetan los principios de soberanía e integridad territorial de Siria.
El viceministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Vershinin, a su vez, defendió el sábado las operaciones antiterroristas del Ejército sirio en Idlib, recordando que la zona de desescalada de tensión en dicha provincia, según acordaron Rusia, Irán y Turquía, como países garantes de la paz, era “una zona de seguridad temporal”, y los terroristas la han violado en infinidad de ocasiones.
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