En medio de las tensiones entre Estados Unidos y Rusia, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, viajó por primera vez, hasta la ciudad rusa de Sochi para buscar una nueva relación entre las viejas divergencias.
Sin embargo, las diferencias geopolíticas entre Moscú y Washington se mantuvieron, como siempre, muy marcadas como en el caso de Venezuela.
Otro tema de divergencia fue el programa nuclear de Irán. El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, reiteró el apoyo de Moscú a la implementación del acuerdo nuclear firmado en 2015 por Irán y el Grupo 5+1 (Reino Unido, China, Francia, Rusia, EE.UU. y Alemania) pese a la salida de Washington del pacto. Pero, desde Washington afirman que seguirán presionando a Irán.
Pompeo ha aprovechado la visita a Rusia para advertir que Washington no tolerará nuevas interferencias en el proceso electoral para las presidenciales de 2020. Sin embargo, Putin desestimó el tema de la interferencia rusa en las elecciones de 2016, calificándolo de “absolutamente falso”.
Lavrov ha lamentado de que la tensión entre Moscú y Washington influya negativamente en la situación mundial, por lo que es hora, ha dicho, de emprender pasos concretos para distender las relaciones.
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