“Rusia rechaza categóricamente cualquier congelación del conflicto [en Ucrania] según la opción coreana o cualquier otra. Necesitamos una paz duradera y duradera durante muchos, muchos años por venir”, enfatizó el jefe del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, Serguéi Narishkin, a la prensa el martes.
Tras una reunión de los jefes de los organismos de seguridad y de inteligencia de los países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), en Moscú, el funcionario ruso señaló que la paz debe garantizarse en primer lugar para nosotros, los ciudadanos de la Federación Rusa, y también para toda Europa.
En este sentido, Narishkin recalcó que las condiciones para lograr esa paz es la eliminación de las causas que condujeron al conflicto ucraniano, en alusión a la política agresiva de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) cerca de las fronteras rusas.
Al mismo tiempo, Narishkin recordó que Rusia, como antes, está lista para las negociaciones, pero con las condiciones expresadas anteriormente por el presidente ruso, Vladímir Putin, es decir, la retirada de las Fuerzas Armadas de Ucrania de los territorios liberados por las tropas rusas.
“Rusia está abierta a las negociaciones. Y las condiciones para tales negociaciones fueron citadas por el presidente Vladímir Putin en junio. Y cuanto antes lo entiendan las capitales occidentales, mejor será para Ucrania, para Europa y para Rusia, por supuesto”, confirmó.
En una reciente conversación telefónica, Putin recordó al canciller de Alemania, Olaf Scholz, que sigue en pie su propuesta de paz para Ucrania de junio pasado, que incluye la retirada de las tropas ucranianas del Donbás y el sur del país, y la renuncia de Kiev al ingreso en la OTAN.
Kiev y Moscú están enfrascados en una guerra desde febrero del 2022, cuando el presidente ruso, Vladímir Putin, anunció el inicio de una operación militar para proteger a la población del Donbás, así como para desmilitarizar y desnazificar el territorio fronterizo de Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa de Rusia, desde el inicio de dicha operación, las fuerzas rusas han logrado destruir 649 aviones, 283 helicópteros, 36 648 drones, 586 sistemas de misiles antiaéreos, 19 501 tanques y otros vehículos de combate blindados, 1492 sistemas de lanzacohetes múltiples, 18 502 piezas de artillería de campo y morteros y 28 718 unidades de material de guerra automotriz especial de Ucrania.
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