• Misiles iraníes presentados en una exposición militar de las Fuerzas Armadas de Irán en Teherán, la capital persa, 2 de febrero de 2019.
Publicada: martes, 12 de febrero de 2019 10:09
Actualizada: martes, 12 de febrero de 2019 11:00

Rusia considera el programa de misiles de Irán como una medida estratégica para aumentar su poder disuasivo en el ámbito regional.

“Vemos los misiles iraníes como una medida de disuasión que además tienen un alcance estrictamente regional”, así ha comentado el director del Departamento de No Proliferación y Control de Armas de la Cancillería rusa, Vladímir Ermakov, en una entrevista concedida este martes a la agencia local Sputnik.

El diplomático ruso, además, ha reiterado que los documentos del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) “no le prohíben a Irán” desarrollar por su cuenta, fabricar, ensayar y lanzar cohetes espaciales o misiles balísticos.

Ermakov, asimismo, ha resaltado que nadie puede limitar el programa de misiles de Irán al mismo tiempo que los países vecinos del país persa cuentan con arsenales de distintos misiles balísticos, “a menudo con mejores características”.

Vemos los misiles iraníes como una medida de disuasión que además tienen un alcance estrictamente regional”, así ha comentado el director del Departamento de No Proliferación y Control de Armas de la Cancillería rusa, Vladímir Ermakov.

 

En otra parte de sus declaraciones, el funcionario no ha rechazado las posibilidades de que el Gobierno de Kremlin entregue a Irán los sistemas de defensa antiaérea S-400, de fabricación rusa. 

“Hasta donde yo sé, los iraníes no han pedido hasta la fecha que les enviemos los S-400”, ha agregado Ermakov, quien sugirió dirigir esta pregunta al Ministerio de Defensa de Rusia.

A pesar de las sanciones impuestas por el Occidente, Irán ha obtenido en los últimos años avances considerables en la industria defensiva, en particular en la producción y operación de avionesmisiles, y ha alcanzado la autosuficiencia en la producción de numerosos equipos y sistemas militares en las cuatro décadas transcurridas desde la victoria de la Revolución Islámica.

Teherán deja claro que el desarrollo de su capacidad militar es una línea roja, pero se fundamenta en una efectividad defensiva y no representa amenaza alguna para terceros países, en particular para sus vecinos.

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