En un mensaje emitido este sábado,el Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, ha ordenado a todas las autoridades que, a partir de ahora, pongan dos cuestiones importantes en su agenda de trabajo:
“En primer lugar, perseguir este crimen y castigar definitivamente a sus autores materiales e intelectuales, y la otra, continuar los esfuerzos científicos y técnicos del mártir en todos los departamentos en los que estaba comprometido”, ha subrayado.
El ayatolá Jamenei ha resaltado que el prominente científico iraní fue martirizado a manos de “mercenarios criminales y crueles” y sacrificó su amada y preciosa alma en el camino de Dios por sus grandes y trascendentales esfuerzos científicos, y la alta posición del martirio es su recompensa divina.
Fajrizade, quien dirigía la Organización de Investigación e Innovación Defensiva (SPND, por siglas en persa), fue asesinado el viernes a tiros en una emboscada cuando viajaba en un vehículo en la localidad de Absard, ubicada en la provincia de Teherán (capital).
El presidente de Irán, Hasan Rohani; el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, el general de división Mohamad Hosein Baqeri; y el comandante en jefe del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el general de división Hosein Salami, han asegurado que la República Islámica se vengará de los que estuvieron implicados en ese ataque terrorista.
Fajrizade desempeñó un papel significativo en la industria defensiva, así como en la lucha contra la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, entre otras diversas áreas estratégicas.
El canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, ha condenado rotundamente el crimen y subrayado que hay “serios indicios” del papel del régimen israelí en el asesinato del físico persa.
El presidente saliente estadounidense, Donald Trump, se ha hecho eco del asesinato de Fajrizade en su cuenta de Twitter, un hecho que, según medios israelíes, muestra la probabilidad de que “haya sido una operación conjunta de Estados Unidos e Israel”.
Su asesinato se suma al de otros científicos nucleares iraníes que fueron liquidados en actos de hostilidad, orquestados por el servicio de inteligencia de Israel (el Mossad) y la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés).
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