En el acto de protesta realizado el martes, los indignados consiguieron obstruir el paso hasta que la policía intervino.
Diez semanas consecutivas de manifestaciones tienen a una parte importante de la sociedad israelí en pie de guerra ante la reforma judicial, que busca otorgar más poder al ejecutivo en detrimento del poder judicial, cuya independencia se vería profundamente debilitada, menoscabando el rol fiscalizador del supremo.
Desde fines de diciembre, cuando Netanyahu regresó al poder como primer ministro al frente del gabinete, decenas de miles de israelíes han realizado manifestaciones regulares en varias ciudades de los territorios ocupados, todos los sábados, para protestar por las reformas pendientes.
“Por supuesto, estamos en contra del gobierno actual y no estamos de acuerdo en estar bajo una dictadura”, indicó Oded Elish, organizador de la protesta del martes.
El lunes, el parlamento israelí aprobó en primera lectura tres proyectos de ley que forman parte de las llamadas reformas y buscan debilitar a la corte suprema del régimen, robándole el poder de anular las decisiones del gabinete o de la legislatura.
Otro elemento de las reformas es que daría al parlamento, de 120 miembros, el poder de anular las decisiones de la corte con una mayoría simple de 61 votos. Las reformas también facultarían al parlamento para enmendar las llamadas Leyes Básicas, la cuasi-constitución del régimen, de la forma que considere adecuada.
nfg/jay/rba