En una rueda de prensa celebrada este martes, Sandra Jovel ha dicho que la decisión que tomó el presidente, Jimmy Morales, sobre la sede diplomática de Guatemala en Tel Aviv “no fue ni siquiera solicitada por los Estados Unidos”, sino que responde “a la amistad y alianza que tenemos con Israel”.
Sin mencionar específicamente la petición de La Liga Árabe (LA), que en esta misma jornada ha llamado a Guatemala a reconsiderar el traslado de su embajada a Jerusalén, la canciller guatemalteca señala que “no ha habido ninguna amenaza” y que no cree que “los países árabes sean países violentos”.
Sandra Jovel, además, rechaza que se vayan a producir efectos colaterales negativos, como el boicot comercial o el alza de precios de las exportaciones, por ejemplo, la semilla del cardamomo: principal producto que compran los países árabes a Guatemala.
Según la canciller, ya cuenta con “todos los documentos y todo el análisis para hacer el traslado” y lo único que falta es decidir “cuál va a ser el local para la embajada”, pero está “tranquila” pues el plazo lo tiene “de aquí a mayo”.
Guatemala es el único país que hasta ahora ha seguido los pasos de Estados Unidos, cuyo presidente, Donald Trump, anunció en diciembre su decisión de trasladar la embajada de Tel Aviv a Al-Quds y reconocer esa antigua urbe como capital del régimen israelí.
La decisión del mandatario norteamericano fue condenada por un gran número de países; en muchos se celebraron manifestaciones de rechazo, también generó críticas de instituciones internacionales preocupadas por las perspectivas de paz en el Oriente Medio.
La Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU), de hecho, aprobó por amplia mayoría una resolución que declaró nula la decisión estadounidense sobre Al-Quds e instó a todos los países a que se abstengan de establecer misiones diplomáticas en esa ciudad.
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