Mientras las fuerzas ucranianas se rinden en masa ante las tropas rusas, la antigua acería de Azovstal, donde se habían atrincherado, parece un inmenso cadáver, pues ya no hay combates, apenas el constante recordatorio de la artillería rusa a los grupos nazis atrapados bajo tierra, según un reporte de Alejandro Kirk.
El sufrimiento experimentado por Mariúpol es tan patente como emblemático. En estos edificios civiles, los grupos nazis instalaron puntos de combate, artillería y blindados.
Denis Pushilin, líder de la República Popular de Dontesk (RPD), destaca el hecho de que, durante ocho años, la ciudad de Mariúpol estuvo prácticamente bajo la ocupación del régimen neonazi ucraniano.
“Por qué digo neonazi y no exagero en absoluto, porque estamos a punto de ver con nuestros propios ojos cómo se burlaron de la gente en Mariúpol, cómo utilizaron a las mujeres, a los niños, a los ancianos como escudo humano”, recalca.
Informó que se están recogiendo todas las pruebas, y que la Fiscalía General de la República Popular de Donetsk y el Comité de Investigación de la Federación Rusa están trabajando en esos crímenes contra la población civil.
Cuando la RPD se proclamó independiente del Gobierno ucraniano en 2014, Mariúpol era la segunda ciudad más importante de ese territorio, después de Donetsk. En junio del mismo año los militares ucranianos tomaron el control de la urbe.
Desde mediados de abril, las fuerzas de Rusia y Donetsk mantienen bajo su control la referida ciudad costera, pero que todavía quedaban combatientes ucranianos bloqueados en la planta siderúrgica Azovstal.
En esta situación, los residentes de Mariúpol conmemoraron el 9 de mayo el Día de la Victoria de la Unión Soviética contra la Alemania nazi (9 de mayo de 1945), una ocasión que adquirió mayor importancia, ya que se celebraba en medio de la operación rusa en Ucrania.
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