Según informaron el martes fuentes gubernamentales, se baraja la posibilidad de impugnar la toma de posesión del nuevo presidente de la Generalitat catalana porque no juró lealtad al Rey ni a la Constitución española durante el acto celebrado el martes.
De hecho, Puigdemont solo juró ser fiel a la voluntad de los catalanes y cumplir con sus obligaciones como presidente de la Generalitat, pero la Ley Orgánica del Régimen Electoral General obliga a los nuevos funcionarios a "jurar o prometer acatamiento a la Constitución" en el momento de tomar posesión de su cargo.

Según dicha ley, prometer lealtad a la Constitución y al Rey es una de las condiciones para que el funcionario en cuestión pueda ejercer su cargo, condición que el nuevo presidente catalán incumplió.
Antes del comienzo de la toma de posesión por Puigdemont, el ministro de Justicia de España, Rafael Catalá, había advertido de que estaría pendiente de la toma de posesión del nuevo presidente catalán para ver si había irregularidades y si se respetaba la Constitución.
Puigdemont se comprometió el domingo a impulsar el proceso para proclamar en 2017 la independencia de esta comunidad española, en claro enfrentamiento con el Tribunal Constitucional español.
Carles Puigdemont sustituye a Artur Mas, que no consiguió el apoyo del Parlament para un nuevo mandato.
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