“Al asumir estas responsabilidades, me esforzaré por seguir el ejemplo inspirador que se me ha dado”, ha dicho este sábado Carlos III tras ser proclamado oficialmente sucesor de la reina, fallecida el jueves a los 96 años, por el ceremonial Consejo de Ascensión en un acto en el Palacio londinense de St James.
También ha afirmado ser “profundamente consciente” del legado de Isabel II y de “los deberes y vastas responsabilidades de la soberanía” que ha heredado.
Eso mientras el rey Carlos III puede ser el último rey del Reino Unido, ya que el país europeo comienza a considerar a la monarquía una carga financiera en medio de la inestabilidad global y la crisis económica, según Mijail Myagkov, el director científico de la Sociedad Histórica Militar Rusa.
“Mientras Europa está en crisis y el Reino Unido ha hecho su vida aún más difícil con el Brexit, el tronco de la monarquía puede volverse demasiado onerosa y Carlos III puede convertirse en el último rey en el trono británico. Si la situación económica se deteriora, incluso debido a picos en los precios de la energía, los británicos podrían preguntarse: ¿Por qué deberíamos gastar cientos de millones de libras en una familia de aristócratas que no desempeñan un papel útil en el Gobierno del país?”, ha explicado el experto en declaraciones hechas esta misma jornada a la agencia rusa de noticias Sputnik.
De hecho, Carlos hereda un Reino Unido en la mayor crisis desde la coronación de su madre. El país experimenta incertidumbres políticas y económicas por el Brexit (salida de la Unión Europea, UE) y la pandemia del nuevo coronavirus.
En las últimas décadas, la popularidad de la monarquía en algunos de los reinos de la Commonwealth (Mancomunidad de Naciones) se ha resentido, y los movimientos republicanos han ganado impulso en numerosos países y territorios de ultramar.
De hecho, cuando Isabel II llegó al trono en 1952, era la autoridad de 32 naciones. Pero, a día de hoy, la monarquía británica solo reina en 15 Estados, incluidos Australia y Canadá.
Entretanto, la relación con las excolonias caribeñas es cada vez más tensa y el pasado esclavista del Reino Unido ha empañado las relaciones con algunas de ellas.
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