Más caos en la política británica; el premier del Reino Unido, Boris Johnson, ordenó por sorpresa la suspensión del Parlamento, a pocas semanas del Brexit. Su decisión ha enfurecido a los opositores de un Brexit sin acuerdo y ya ha provocado dos dimisiones: el representante del Gobierno en la Cámara de los Lores, George Young, y la líder conservadora en Escocia, Ruth Davidson.
La reina Isabel II aprobó el pedido de Johnson para suspender el Parlamento un mes, hasta el 14 de octubre, apenas dos semanas antes del Brexit. Esto hace que los legisladores tengan menos tiempo para frenar una salida sin acuerdo. Los críticos aseguran que se trata de una maniobra antidemocrática e incluso dictatorial. Los aliados de Johnson lo niegan.
Johnson insiste en que abandonará con o sin acuerdo la Unión Europea (UE), algo que, según los expertos, podría ser catastrófico. El Gobierno cree que los que buscan evitar una salida sin pacto, en realidad, quieren detener el Brexit.
Algunos opositores han calificado la medida de Johnson de golpe de Estado y una declaración de guerra. Hasta el presidente de la Cámara de los Comunes del Reino Unido, John Bercow, abandonó su papel neutral y lo tachó de una aberración constitucional.
La oposición ha llamado a la gente a salir a las calles y el líder laborista, Jeremy Corbyn, ha creado una alianza de 160 legisladores para intentar bloquear un divorcio caótico.
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