• El asesor de seguridad nacional de EE.UU., John Bolton, habla a la prensa en el exterior de la Casa Blanca, 1 de mayo de 2019. (Foto: AFP)
Publicada: viernes, 17 de mayo de 2019 14:53
Actualizada: viernes, 17 de mayo de 2019 18:23

Un diario británico presenta a John Bolton como “el hombre más peligroso del mundo” y lo culpa de la escalada de tensiones y de una eventual confrontación.

Quien busca que Estados Unidos vaya a la guerra con Irán es el asesor de Seguridad Nacional del presidente estadounidense Donald Trump, dice Ben Armbruster, director de comunicación del movimiento antiguerra Gana Sin Guerra, en un artículo publicado el jueves por The Guardian.

Los Estados Unidos están más cerca de la guerra con Irán de lo que han estado desde los años del presidente George W. Bush (belicista en extremo y absolutamente hostil a Irán), o quizás nunca antes, y el responsable es en gran parte Bolton, indica el texto.

El artículo revisa todo lo que ha hecho el Gobierno de Trump respecto a Irán —particularmente desde que Bolton se convirtió en el principal asesor de política exterior del mandatario en abril de 2018—, incluidos los alarmantes movimientos militaristas de las últimas dos semanas.

 

Justo después de un mes en el puesto, Bolton dio a Trump el impulso final que necesitaba para abandonar el acuerdo nuclear de Irán, que era el mayor obstáculo para una guerra orientada a derrocar el Gobierno iraní, dado que eliminaba el útil pretexto que sirvió para lanzar la invasión de Irak hace 17 años.

De acuerdo con el artículo, Bolton no tiene escrúpulo alguno a la hora de manipular la información o de hacer caso omiso abiertamente de datos relevantes para avanzar en su agenda belicista.

A modo de ejemplo, el artículo hace alusión a una declaración de la Casa Blanca de hace 10 días, en la que se anunciaba un despliegue ya planeado a Oriente Medio de portaaviones y aviones, y en la que Bolton citaba “una serie de indicaciones y advertencias preocupantes y escalonadas” para justificar el refuerzo de la presencia militar estadounidense.

Distintas fuentes conocedoras de la misma información estiman que el político exagera la supuesta “amenaza” que representa Irán. Incluso un general británico que opera en la región ha declarado esta semana no haber visto indicio alguno de que la “amenaza” iraní haya aumentado, como afirma Bolton.

Lo más preocupante es que Bolton sabe lo que está haciendo, ya que es una persona experimentada, capaz de presionar enérgicamente para imponer sus puntos de vista y con un largo historial de uso de estas habilidades para socavar la diplomacia estadounidense y acabar con acuerdos firmados por su país. Por ejemplo, presionó para que Washington se retirara de un crucial tratado de desarme nuclear con Rusia.

 

Por otra parte, solo unos meses antes de unirse a la Administración, Bolton trató de defender la legalidad de una guerra “preventiva” contra Corea del Norte.

De hecho, el asesor ya ha logrado mover a Estados Unidos hacia su resultado deseado respecto a Irán, pues ha conseguido que el Pentágono elabore planes para enviar 120 000 soldados estadounidenses al oeste de Asia para hacer frente a la República Islámica.

No obstante, hay indicios esperanzadores de que se puede evitar la guerra, ya que responsables de Estados Unidos y de aliados suyos europeos, aparentemente alarmados por lo que está preparando Bolton, están haciendo sonar la alarma sobre el sesgo de la Administración de Trump sobre Irán.

Aun así, Bolton está en una vía rápida, al parecer consciente de que el tiempo en el cargo de Trump puede ser limitado. La pregunta, en última instancia, es si el presidente puede apegarse a sus instintos para evitar nuevos conflictos militares, o si consentirá a un hombre alucinado que lo arrincone y lo deje sin más salida que una guerra con Irán.

Pese a que Washington ha exacerbado la tensión con Teherán con el anuncio del envío a Oriente Medio del portaviones nuclear USS Abraham Lincoln, junto con una unidad de bombarderos, las Fuerzas Armadas iraníes han restado importancia a la retórica belicista estadounidense, que consideran parte de una “guerra psicológica”, dado que, agregan, EE.UU. no se atreverá a librar una guerra abierta contra Irán.

No obstante, en Estados Unidos hay temores de que estas medidas belicosas terminen causando un conflicto, en el cual el perdedor sería EE.UU., por lo que advierten contra los intentos de altos funcionarios estadounidenses por elevar la tensión con la República Islámica.

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