El informe indica que a unos tres meses de la celebración de estos comicios, Donald John Trump Jr., el hijo mayor del entonces candidato presidencial por el Partido Republicano, recibió en la Torre Trump en Nueva York (EE.UU.) a un grupo compuesto por tres personas: un contratista privado con un “controvertido” pasado en la región de Oriente Medio, un representante de dos príncipes árabes y un especialista israelí en la manipulación de información en las redes sociales.
La fuente precisa que Erik Prince, el fundador de la empresa militar estadounidense Blackwater, era el contratista privado que organizó la cita el 3 de agosto de 2016, en la que el representante George Nader comunicó a Trump Jr. que los citados príncipes de Arabia Saudí y los EAU estaban interesados en que su padre ganara las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
El tercero, el israelí Joel Zamel, había elaborado una propuesta multimillonaria para montar un esfuerzo de manipulación en las redes sociales para favorecer al hoy mandatario. Para materializar este fin, Zamel reclutó a varios agentes de inteligencia israelíes, especializados en recoger información y forjar opiniones en las redes sociales. Tras la victoria de Trump en las elecciones, recibió 2 000 000 de dólares de Nader, revela la publicación.
La cita había sido convocada en un principio para “ofrecer ayuda” al equipo de Trump y aumentar los lazos entre el grupo y las personas más íntimas del magnate republicano, los cuales se reforzaron en los meses siguientes, tras la victoria en las elecciones, e incluso en el primer año del mandato de Trump, de acuerdo con el informe, que cita a varias personas familiarizadas con el caso.
No obstante, los tres han negado por completo su implicación en el proceso, o simplemente se han negado a hacer comentarios al respecto, señala The New York Times.
La fuente recuerda que desde su llegada a la Casa Blanca, Trump ha estrechado sus nexos con Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, al defender sus intentos para aislar a Catar, a raíz de una serie de acusaciones sin fundamentos, de acuerdo con Doha.
Los esfuerzos de Israel tampoco quedaron sin respuesta. El inquilino de la Casa Blanca declaró en pasado diciembre, Al-Quds (Jerusalén) como la capital del régimen de Tel Aviv y abrió el 14 de mayo, la embajada estadounidense en esta ciudad, que legal e históricamente pertenece a los palestinos, haciendo caso omiso a las críticas hechas por muchos países y organizaciones internacionales.
ask/ctl/msf