Los decretos presidenciales han sembrado el pánico en las minorías en la Unión Americana, y Los Ángeles, siendo una de las ciudades con mayor número de indocumentados se prepara para lo peor.
El miedo de los indocumentados viene acompañado de indignación y coraje por parte de las coaliciones que luchan por sus derechos, porque dicen que el nuevo Gobierno de Trump no sólo es malévolo, sino que claramente injusto.
El mandatario no ha definido cuál será la póliza para los estudiantes que llegaron a Estados Unidos cuando niños, los protegidos bajo DACA, la orden ejecutiva girada por expresidente de EE.UU. Barack Obama en Las Vegas en 2014, ni tampoco ha dicho qué hará con las familias indocumentadas que trabajan y pagan impuestos.
Pero mientras sean peras o manzanas, los jóvenes que nacieron en la Unión Americana piden a la Administración Trump que sea más objetiva.
El presidente Donald Trump pudo haber abierto una ventana de esperanza para los indocumentados cuando en su discurso de inauguración dijo que trabajaría para unir comunidades en Estados Unidos.
Sin embargo, dicen los activistas que con estas acciones, ha mostrado los colmillos como en el cuento de la Caperucita Roja donde el lobo se disfraza de la abuela.
Víctor Cordero, Los Ángeles.
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