La formación, compuesta por el destructor Alborz y el navío logístico Busher, ha partido este viernes de la portuaria ciudad de Bandar Abás, capital de la provincia meridional de Hormozgan, en el Golfo Pérsico, rumbo a las aguas internacionales para llevar a cabo una misión rutina, sobre todo en el golfo de Adén.
Según la Fuerza Naval del Ejército de Irán, la flotilla tiene como objetivo proteger los intereses de la República Islámica y a la vez, brindar seguridad a los buques mercantes y petroleros en la región.
En la ceremonia de despedida del grupo naval, el comandante de la mencionada fuerza, Shahram Iraní, ha dejado claro que el enemigo no quiere que la República Islámica se encuentre en la geometría del poder mundial.
“Hay que tener mucho cuidado y saber que la presencia de Irán a kilómetros de distancia, tiene un mensaje para el enemigo, porque Irán está allí […] y su bandera debe estar izada con firmeza en todos los rincones del mundo”, ha aducido la autoridad de alto rango militar del país persa.
En los últimos años, la Fuerza Naval de Irán ha incrementado su presencia en las aguas internacionales para proteger las rutas marítimas y proporcionar seguridad a los buques mercantes y petroleros. De hecho, ha frustrado varios ataques piratas contra buques y petroleros tanto iraníes como extranjeros, durante sus misiones en aguas internacionales, entre ellas en el golfo de Adén y el océano Índico.
Irán ha asegurado repetidamente a otros países que su poderío militar no representa ninguna amenaza para la zona, insistiendo en que su doctrina de defensa se basa completamente en la disuasión.
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