En un discurso ofrecido este viernes en una visita a las unidades navales del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, desplegadas en las islas iraníes del Golfo Pérsico y el estratégico estrecho de Ormuz , el comandante en jefe del CGRI, el general de división Hosein Salami, ha recalcado que la Marina del Cuerpo de Guardianes ha alcanzado la capacidad de “reacción rápida” ante cualquier amenaza enemiga.
En este contexto, ha urgido a los enemigos a aceptar la realidad sobre el poder disuasivo y defensivo de Irán y evitar cualquier aventurismo con respecto al país persa.
“Utilizando los modernos sistemas de guerra electrónica, la Fuerza Naval del CGRI ha sido capaz de obtener el control total de la geografía del Golfo Pérsico y del estrecho de Ormuz, lo que constituye un gran orgullo para nuestra Armada en la actualidad”, ha dicho Salami.
Según el comandante iraní, la Armada del CGRI ha logrado un notable progreso, en particular en la producción de buques de última generación, aviones no tripulados (drones) de largo alcance y misiles guiados en el mar, en los últimos tres años.
Las autoridades iraníes han aseverado una y otra vez que la República Islámica de Irán no soporta agresiones ni amenazas de los enemigos y que dará una respuesta firme a a todo aventurismo que ponga en peligro los intereses y la seguridad nacional del país.
De hecho, el país persa ha obtenido en los últimos años avances considerables en la industria defensiva, en particular en la producción y operación de aviones y misiles, alcanzando una autosuficiencia en la fabricación de numerosos equipos y sistemas militares.
No obstante, Teherán siempre ha enfatizado que su poderío militar no representa amenaza alguna para los países de la región de Asia Occidental, ni para las demás naciones.
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