La medida fue suspendida temporalmente por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, tras la muerte, el pasado 15 de julio, del soldado Wilson Martínez, uno de los que realizaba esta labor.
La suspensión que se hizo a raíz de este accidente se hizo para cubrir este tipo de eventualidades pero la operación del desminado debe continuar porque fue precisamente lo que se acordó en La Habana, indica Guillermo Rivera.
“La suspensión que se hizo a raíz de este accidente se hizo para cubrir este tipo de eventualidades pero la operación del desminado debe continuar porque fue precisamente lo que se acordó en La Habana”, ha indicado Guillermo Rivera, alto consejero presidencial para los derechos humanos.
De acuerdo con un comunicado de la Dirección de Acción Integral contra Minas, las actividades incluyen el desarrollo de procedimientos técnicos y operacionales, así como un plan de reentrenamiento que busca implementar medidas necesarias para garantizar este trabajo con los más altos estándares de calidad y seguridad.
Esa decisión fue tomada en una reunión técnica en Bogotá, la capital de Colombia, donde participaron el director de operaciones de la organización civil Ayuda Popular Noruega (APN, por sus siglas en inglés) y representantes del Batallón de Desminado Humanitario (BIDES), entre otros.
Actualmente, el proyecto piloto avanza en su tercera fase de implementación con la cooperación en campo de tres delegados de las FARC, tres representantes del Gobierno, 39 desminadores humanitarios y la comunidad.
Tras años de silencio de las autoridades colombianas, el Gobierno de Santos dio inicio en 2012 a las negociaciones con las FARC en La Habana, capital de Cuba. Hasta el momento, han consensuado tres de los seis puntos de la agenda, además de un plan de creación de una Comisión de la Verdad y desminado.
El proyecto piloto de desminado que se inició el pasado mes de mayo en la vereda El Orejón (departamento noroccidental de Antioquia), sigue avanzando y permitirá eliminar las primeras minas antipersonas hasta ahora detectadas.
El conflicto armado colombiano, el más antiguo del continente, ha dejado unos 220 mil muertos y más de 5,5 millones de desplazados.
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