“El atentado fue contra el oleoducto San Miguel de la vereda Luxon, en el municipio de Orito, (y fue) cometido por integrantes del frente 48 de las FARC, bloque sur”, informó un oficial del Ejército colombiano.
El atentado fue contra el oleoducto San Miguel de la vereda Luxon, en el municipio de Orito, cometido por integrantes del frente 48 de las FARC, bloque sur”, dice la fuente.
De acuerdo con las autoridades locales, los miembros de las FARC dinamitaron el oleoducto, y tras la explosión, se produjo un gran incendio en el puente internacional Santana, sin víctimas.
El incidente tuvo lugar un poco después de que las fuerzas colombianas detuvieran a cuatro integrantes del Frente 48 de las FARC, quienes, según las autoridades, están involucrados en ataques similares en la zona.
El estallido fue tan grande que los habitantes de las regiones cercanas lo pudieron oír. Tanto el incendio como el derrame de crudo lograron ser controlados por los bomberos regionales.
Según el informe de la industria petrolera, durante casi 30 años, los ataques de los guerrilleros contra la red de oleoductos colombiana han causado un “desastre ecológico”, derramando más de 4 millones de barriles de crudo.
La Asociación Colombiana del Petróleo (ACP) recuerda que los atentados contra la infraestructura de oleoductos se vienen produciendo desde que comenzó a funcionar el oleoducto Caño Limón-Coveñas en 1986, convirtiéndose en el principal blanco de los guerrilleros.
El oleoducto Caño Limón-Coveñas, de 780 kilómetros de longitud, tiene capacidad para transportar unos 210.000 barriles de crudo diarios, que se producen en los campos del departamento nororiental del Arauca, hasta un puerto en el mar Caribe desde donde se exporta.
El pasado 26 de junio, la ministra colombiana de Asuntos Exteriores, María Ángela Holguin, lamentó que el crudo vertido por un ataque de las FARC a un oleoducto en el suroeste de Colombia haya generado un “desastre ecológico”.
El país suramericano vive una escalada de los ataques por ambos bandos del conflicto, después de que las FARC suspendieran, el pasado 22 de mayo, la tregua unilateral anunciada en diciembre del año pasado, a raíz de la muerte de 26 miembros en los bombardeos del Ejército colombiano.
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