En declaraciones hechas el viernes en una rueda de prensa tras su reunión con los altos militares chinos, Xi instó a las Fuerzas Armadas a desarrollar estrategias “para una nueva era” y asumir responsabilidades, como prepararse ante una guerra.
En este contexto, el también presidente de la Comisión Central Militar china dijo que el gigante asiático enfrenta cada vez más riesgos y desafíos, por lo que los militares tienen que trabajar para garantizar su seguridad y desarrollo como nación.
En su opinión, el mundo actual está pasando por “cambios sustanciales nunca vistos en más de un siglo”, lo que pone a China en un periodo muy importante de “oportunidades estratégicas y desarrollo”.
A continuación, el dignatario chino hizo hincapié en la necesidad de que los militares de ese país sean capaces de responder rápidamente ante emergencias y mejorar además sus operaciones conjuntas rápidamente y adaptarse ante las nuevas formas de combate.
Los comentarios de Xi vienen en momentos de plena disputa territorial en el mar de la China Meridional y la escalada de tensión con Estados Unidos en materia de comercio y el estatus territorial de Taiwán.
El miércoles, el presidente chino alertó de que Pekín “no renunciará al uso de fuerza militar” como opción para combatir a las fuerzas “separatistas” en Taiwán, considerado por el gigante asiático como parte integral de su territorio.
Por su parte, la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, rechazó el llamado de Pekín para unificarse bajo enfoque de “un país, dos sistemas” e hizo hincapié en que la mayoría de los taiwaneses se opone resueltamente a dicha medida.
De hecho, un sondeo realizado los días 27 y 28 de diciembre por la Asociación de Políticas a través del Estrecho, y publicado la misma jornada del jueves, ha revelado que el 84,1 % de los taiwaneses rechaza aceptar el Consenso de 1992, una fórmula por la que China y Taiwán aceptan el principio de que hay una sola China.
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