De acuerdo con el Ministerio de Defensa de la isla, en el año 2019 los gastos de defensa aumentarán en 598,9 millones de dólares estadounidenses, de esta suma, 554,86 millones de dólares se dedicarán a la investigación y desarrollo de armamento, lo que constituye más del tres por ciento del total del gasto.
La isla pretende arrancar en el próximo año varios programas de desarrollo de aviones y buques de guerra y necesita reemplazar numerosos equipos bélicos viejos cuyos ciclos de vida terminarán en breve.
Conforme al informe publicado este martes por el diario Taipei Times, el Instituto de Ciencia de Chungshan, la principal incorporación armamentística taiwanesa, será la más beneficiada por los aumentos.
El Instituto Chungshan ha desarrollado los cazas AIDC, aviones de entrenamiento AT-3 Tz-Chiang, aparatos aéreos no piloteados, varios sistemas de misiles y vehículos acorazados y lanzacohetes.
Ante la dificultad de conseguir armas en el exterior y el poderío militar de China en aumento y el activismo de Pekín en la zona, la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, ha lanzado una campaña para el desarrollo de equipos bélicos locales.
La isla cuenta además con el apoyo militar y diplomático de Estados Unidos. A mediados de noviembre, Taiwán encargó al país norteamericano una flota de 45 lanchas de asalto equipados con misiles para reforzar su Armada.
Por su parte, Pekín considera el apoyo de Washington a Taipéi como un intento de injerencia en sus asuntos internos, pues considera a Taiwán parte integral de su territorio, pese a que la isla ha sido gobernada por sus propios ministros y políticos nacionales y de Exteriores desde el final de la guerra civil china en 1949.
El gigante asiático advierte de que actuará ante cualquier intento de “separar Taiwán”. “Si alguien trata de separar Taiwán de China, las Fuerzas Armadas chinas tomarán las medidas necesarias, al coste que sea”, aseguró el ministro chino de Defensa, Wei Fenghe.
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