“Bolsonaro es un enfermo que cree que el problema de Brasil se resuelve con armas. El problema de Brasil se resuelve con libros y con escuelas”, dijo Lula en una entrevista divulgada el viernes por la cadena británica BBC.
Las declaraciones del líder de la izquierda, quien cumple una pena de ocho años y 10 meses de cárcel, se refiere a un nuevo decreto firmado por Bolsonaro que concede el derecho a camioneros, abogados, políticos y otros gremios a portar un arma de fuego, considerado por muchos especialistas como “inconstitucional” y “promotor de más violencia”.
Tras expresar su deseo de que Bolsonaro “aprenda por el bien de Brasil” a guiar al país, Lula repasó su gestión y la de su sucesora, Dilma Rousseff. “A veces lamento no haber sido más firme con Dilma para hacer algunas cosas”, apostilló, sin esbozar una autocrítica directa.
Una persona llena de confianza como Dilma, cuando el carro comienza a derrapar no siempre tiene la calma de parar y decir “espera, vamos a parar, vamos a oír, vamos a conversar”, añadió el expresidente.
(Jair) Bolsonaro (actual mandatario brasileño) es un enfermo que cree que el problema de Brasil se resuelve con armas. El problema de Brasil se resuelve con libros y con escuelas”, dice el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Brasil aceptó el abril pasado reducir a ocho años, diez meses y 20 días la anterior condena de Lula a 12 años y un mes de cárcel, tras analizar un nuevo recurso presentado por la defensa del expresidente, condenado por “corrupción pasiva y lavado de dinero”. Lula, a su vez, restó importancia a la reducción de su condena a prisión, impuesta en “un juicio político”.
Lula ha indicado en reiteradas ocasiones que fue condenado sin pruebas en “una persecución política” destinada a impedir que fuese reelegido presidente, razón por la cual sus abogados exigen que sea absuelto. Tras su encarcelamiento, gran parte de la población brasileña ha reclamado su liberación.
Rousseff, por su parte, ha criticado oportunadamente la condena contra Lula y señalado que la derecha brasileña y sus aliados en el Poder Judicial utilizaron la ley como arma de criminalización de la política para destruir la reputación y la capacidad de lucha de quienes ellos consideran sus enemigos.
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