El parlamento del régimen israelí aprobó el jueves su disolución y convocó una nueva cita electoral para noviembre de 2022, que será la quinta en menos de cuatro años.
El gabinete de coalición de Naftali Bennett —a la cabeza de un parlamento integrado por ocho partidos ideológicamente dispares que pugnaron para lograr un equilibrio nunca adquirido— asumió el poder en junio de 2021 tras conseguir apartar a Benjamín Netanyahu del poder, implicado en muchos casos de corrupción, después de 12 años consecutivos como primer ministro.
Durante su vida que cumplió a penas un año, la alianza Bennett-Lapid se enfrentó a varios desafíos que por fin la tumbaron, entre ellos la renuncia de varios altos cargos del régimen. Según el propio Bennett, actualmente desmoronarse es una seria posibilidad que amenaza a Israel y es que el régimen se encuentra ahora en una encrucijada fatídica, la más peligrosa desde su ilegal creación en 1948.
La disolución del parlamento fue el fracaso de un ambicioso plan que deseaba unir a ocho partidos ideológicamente dispares que optaron por dejar de lado sus divergencias para derrocar al expremier Benjamín Netanyahu, conocido como Bibi, quien ahora tiene una oportunidad para volver a liderar el régimen.
La caída de la coalición, hasta ahora encabezada por Bennett, implica que el actual ministro de asuntos exteriores, Yair Lapid, se convierta en premier en funciones hasta la formación del próximo gabinete, desde luego si alguien sale victorioso de los comicios de noviembre, al contrario, seguirá el cuento nunca acabar de elecciones.
La crisis política sigue profundizándose en el gabinete israelí, pues los partidos se perfilan divididos en el momento actual entre quienes abogan por el regreso de Netanyahu y los que tratan de evitar otra llegada al poder del expremier, que le salpican diferentes acusaciones de corrupción.
Tal como informa The Times of Israel, el parlamento del régimen israelí está abordando una enmienda de ley que prohibiría a los políticos bajo acusación penal liderar un gabinete, un proyecto que obviamente tiene en la mira al ahora líder opositor Netanyahu, que tiene al menos tres casos abiertos.
¿Por qué colapsó el gabinete de Bennett?
Bennett, máximo dirigente de Yamina, un pequeño partido de derecha, lideraba la difícil tarea de consolidar las voces de ocho facciones en un parlamento, formado por opositores políticos de derecha, izquierda y centro con agendas ideológicas enfrentadas.
El ahora expremier se mantiene duro en sus ideas antiárabes y antipalestinos, impulsando así las divergencias dentro del régimen, al rechazar cualquier conversación con los palestinos. Bennett siempre ha mostrado su oposición a la creación de un Estado palestino y durante un año en cargo empujó las políticas expansionistas del régimen de Tel Aviv en los territorios ocupados, dando luz verde al levantamiento de gran número de asentamientos ilegales en las tierras palestinas.
Además, expertos consideran dos causas centrales para el colapso del gabinete de Bennett: uno los desafíos de seguridad, y el otro, el hecho de que la alianza ignoró la ocupación de los territorios palestinos.
Por su parte, el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) catalogó la caída del gabinete de coalición de Israel y la disolución de su parlamento como un signo de la debilidad del régimen de ocupación.
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