En la primera operación contra la integridad territorial de Siria desde la llegada del nuevo primer ministro israelí, Naftali Bennett, los aviones de combate israelíes atacaron el lunes la zona de Al-Safirah, en el sureste de la provincia de Alepo, no obstante, siete de los ocho misiles lanzados fueron derribados por la defensa antiaérea siria.
Según publicó el jueves el portal iraní de noticias Mashregh News, el análisis de los ataques aéreos israelíes del lunes muestra una diferencia fundamental con las anteriores operaciones del régimen, pues, antes, el ejército israelí buscaba atacar mayoritariamente las bases militares y los cuarteles generales, sin embargo, ahora, Israel maquina una “nueva estrategia para dañar los centros económicos clave” de Siria.
Esto, luego de que los sionistas se sintieran “decepcionados” con sus ataques a las bases militares de Siria, ya que “no lograron frustrar las capacidades defensivas del ejército sirio, y ahora pretenden sentar las bases para presionar más al pueblo con la destrucción de los centros económicos sirios”, indica el informe.
En este marco, las fuerzas israelíes están apuntando a las líneas y redes de transmisión de energía en pleno verano en Asia Occidental, a medida que aumenta el consumo de electricidad, con el fin de “sofocar” al pueblo sirio.
Desde el estallido del conflicto en Siria en 2011, Israel ataca con frecuencia objetivos militares o civiles en el país levantino para frenar el rápido avance del Ejército sirio hacia los escondites de las bandas radicales. Sin embargo, en la mayoría de los casos, las unidades de la defensa antiaérea de Siria han frustrado dichas ofensivas.
En su segundo ataque de la semana, las fuerzas israelíes arremetieron la madrugada del jueves contra varias posiciones en la zona de Al-Qusair en la provincia de Homs, en el centro de Siria. Según informaron los medios locales, la mayoría de estos misiles fueron interceptados.
En un comunicado emitido el jueves, la Cancillería siria denunció que las repetidas agresiones israelíes contra el país árabe y las acciones crueles de los terroristas contra las zonas rurales en la provincia de Alepo son “estrategias geopolíticas conspirativas” contra Siria.
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