El martes se supo que Moscú y Teherán se encuentran en una fase de conversaciones para el suministro de 10.000 millones de dólares de equipos militares rusos a Irán. “Estamos avanzando en el tema”, dijo el presidente del Comité de Seguridad y Defensa del Consejo de la Federación rusa, Viktor Ozerov.
Entretanto, como era de esperar, el anuncio no ha recibido el visto bueno del régimen de Tel Aviv que, a través de su ministro de asuntos militares, Avigdor Lieberman, ha expresado su alta preocupación por una potencial firma del referido acuerdo.
Obviamente, esto no nos proporcionará tanto placer. Mientras tanto, los rusos no nos pidieron nuestra opinión; estamos hablando con ellos y tratando de hacer entender a la parte rusa [nuestra posición sobre la venta de armas a Irán]”, ha dicho el ministro de asuntos militares de Israel, Avigdor Lieberman.
“Obviamente, esto no nos proporcionará mucho placer. Mientras tanto, los rusos no nos pidieron nuestra opinión; estamos hablando con ellos y tratando de hacer entender a la parte rusa [nuestra posición sobre la venta de armas a Irán]”, dijo el miércoles Lieberman.
En declaraciones ante la prensa local, el titular israelí se mostró satisfecho con que todavía no se haya firmado nada entre Irán y Rusia en cuanto al nuevo convenio militar. “En la actualidad, aun están discutiendo sobre el asunto. No tienen firmado nada”.
Las autoridades de Tel Aviv, de acuerdo con Lieberman, transmitieron su correspondiente preocupación a sus pares rusos durante la reciente visita del premier de Rusia, Dmitri Medvedev, a los territorios ocupados, así como en los contactos que mantuvieron por separado con Moscú.
Aun así, el titular de asuntos militares de Israel ha admitido que cada país actúa en diferentes temas de acuerdo con sus intereses. “Rusia tiene problemas económicos, de ahí que por fin cada país, incluida Rusia, priorice sus intereses por encima de otras cuestiones”, observó.
Según el diario Haaretz, en el caso del suministro del sistema antiaéreo S-300 a Teherán por parte de Rusia, Tel Aviv también se esforzó mucho por convencer al presidente ruso, Vladimir Putin, de que cancelase o por lo menos aplazase la entrega de dicho sistema.
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