Arabia Saudí y sus aliados iniciaron en marzo de 2015, una campaña militar contra Yemen, supuestamente para restaurar en el poder al fugitivo expresidente yemení Abdu Rabu Mansur Hadi —un estrecho aliado de Riad que apoya la intervención militar en su país— a través del derrocamiento del movimiento popular yemení Ansarolá, que forma parte del Gobierno de Salvación Nacional del país.
Yahya Ali al-Raee, jefe de la Asamblea de Representantes de Yemen, no obstante, desmiente dicho propósito y asegura al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, a través de una carta, recogida el jueves por la cadena local Al Masirah, que los Al Saud y sus aliados buscan “invadir y dividir” el país.
Para apoyar el argumento, Al-Raee indica en la misiva que la ocupación de la isla yemení de Socotra por los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y el refuerzo militar de la monarquía saudí en Al-Mahra, la provincia más oriental de Yemen, fronteriza con Omán, prueban la teoría de la ocupación.
En otra parte de la carta, Al-Raee, del partido Congreso General del Pueblo, condenó la decisión de la ONU de eliminar a la llamada coalición de Arabia Saudí de la lista negra de la organización de partidos en guerra que matan a los niños y violan los derechos humanos.
El máximo responsable de la Asamblea yemení de Representantes enfatizó que el 15 de junio, el mismo día en que la ONU decidió pasar por alto los crímenes de Arabia Saudí contra niños, los bombardeos saudíes mataron a cinco menores yemeníes.
El Ministerio de Salud del Gobierno de Salvación Nacional de Yemen confirmó en noviembre de 2019 que 100 000 niños yemeníes mueren cada año por los ataques saudíes, las enfermedades y las epidemias, así como por la desnutrición y la falta de medicamentos, resultantes del asedio impuesto en noviembre de 2016, casi un año tras el inicio de la agresión.
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