El Ejército yemení, apoyado por el movimiento popular Ansarolá, ha disparado este jueves una ola de ataques con cohetes modelo Katyusha contra las posiciones de los mercenarios pagados por los Al Saud en la provincia de Hajja (noroeste de Yemen).
Esos ataques golpearon con alta precisión los blancos apuntados y dejaron gran número de muertos y heridos entre los mercenarios saudíes, según ha informado el portal local Ansarollah.
En otra operación realizada el miércoles, las fuerzas yemeníes dispararon varios misiles Zelzal-1 y cohetes Katyusha contra ubicaciones militares de Arabia Saudí, en el oeste de la ciudad de Harad, ubicada en la región de Jizan, en el suroeste del territorio saudí.
A consecuencia de esos ataques más de 30 soldados saudíes murieron o resultaron heridos, informó la cadena local Al Masirah.
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Las fuerzas del Ejército, apoyadas por los comités populares, han intensificado en los últimos meses sus ataques de represalia contra posiciones vitales de Arabia Saudí, destruyendo importantes instalaciones en aeropuertos y centros militares de Riad. Han avanzado además, en las localidades controladas por los mercenarios pagados por los Al Saud dentro de Yemen.
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En línea con sus operaciones de venganza contra los agresores saudíes y sus aliados, el Ejército y Ansarolá de Yemen han llevado a cabo ingentes esfuerzos para incrementar sus capacidades militares, y han podido lograr significativos avances en la producción de misiles y drones de diferentes rangos, que han probado su efectividad en múltiples ocasiones, impactando certeramente los objetivos apuntados en Arabia Saudí y en los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
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Las fuerzas yemeníes han amenazado con recrudecer las acometidas de represalia contra el régimen saudí y sus aliados por la masacre de civiles yemeníes, y han asegurado que sus ataques no se detendrán a menos que Arabia Saudí ponga fin a su agresión militar y levante el bloqueo contra el pueblo yemení.
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