Según reportes del canal de televisión yemení Al Masirah, las fuerzas de Ansarolá hicieron estallar artefactos explosivos al paso de los blindados de sus enemigos en las inmediaciones de la base militar Jalid, sita en el distrito de Mawza, en Taiz.
Es el segundo ataque lanzado por los “mercenarios” apoyados por Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) contra Ansarolá en la misma localidad en los últimos 15 días. El pasado 26 de abril, este movimiento repelió otra ofensiva y destruyó más de 6 vehículos blindados de las fuerzas enemigas.
Mientras tanto, Al Masirah informó el mismo sábado de que Ansarolá había lanzado un misil balístico de fabricación propia, modelo Zilzal-2, contra el campamento militar Ain Al-Zurin, localizado en la región suroccidental saudí de Asir.
Una fuente militar citada de manera anónima por el mismo medio aseguró que el proyectil impactó con precisión en su blanco. Este tipo de ataques, que ocurren de manera frecuente, son en represalia por los bombardeos saudíes contra las ciudades yemeníes, que desde su inicio en marzo de 2015, han acabado con la vida de más de 10.000 yemeníes, de acuerdo con el último balance ofrecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La campaña de ataques aéreos, que no cuenta con el aval de la ONU, ha golpeado mercados, instalaciones sanitarias y objetivos civiles, lo que ha provocado una lluvia de condenas de la comunidad internacional.
No obstante, la costosa agresión saudí todavía no ha alcanzado ninguna de sus metas ulteriores, es decir, restaurar en el poder al expresidente fugitivo yemení Abdu Rabu Mansur Hadi y eliminar de la ecuación a Ansarolá.
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