Sin embargo, esta situación saca a relucir la invencible capacidad de resistencia del pueblo palestino.
Privados de refugio adecuado y suministros básicos, los desplazados de la Franja de Gaza enfrentan ahora la llegada del segundo invierno en medio de la guerra de exterminio del régimen israelí. Debido al cierre de los pasos fronterizos, escasea la ropa apropiada para las bajas temperaturas. Desde un campamento de refugiados en Jan Yunis, un grupo de palestinos impulsan el proyecto denominado Aguja e Hilo, que ofrece alternativas ante esta situación de precariedad.
La inventiva supera las dificultades y escaseces impuestas por la guerra. Una bicicleta golpeada por los años cumple función de generador para producir la energía que permite el funcionamiento de la máquina de coser del pequeño pero voluntarioso proyecto.
La elevada demanda de ropa invernal supera con creces la limitada producción. No obstante, las prendas salidas de esta pequeña manufactura resultan un alivio para quienes han perdido todas sus pertenencias como consecuencia de la guerra genocida israelí.
Frente a cada bombardeo o desplazamiento forzado, el pueblo palestino pone en evidencia cada día su enorme voluntad de resistencia. Una voluntad superior a las ansias de exterminio de la entidad sionista.
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