A través de un comunicado emitido el domingo, la Cancillería venezolana refutó las acusaciones de Colombia en su contra, que esa misma jornada alegó que militares venezolanos habrían retenido de manera “arbitraria” una lancha que navegaba por un río colombiano fronterizo con Venezuela violando el Tratado sobre Demarcación de Fronteras y Navegación de los Ríos Comunes suscrito en 1941.
“Venezuela rechaza el inconsistente comunicado de la Cancillería colombiana que busca incrementar tensiones entre países, generando falsos conflictos en interacciones que pueden resolverse con la coordinación de las autoridades locales”, se lee en el texto.
Además, se refirió a las complicadas situaciones sociales que existen en la frontera entre ambos países, pues instó a Bogotá a realizar negociaciones y “coordinación diplomática” a fin de resolver las crisis.
No obstante, agregó, “la indisposición del Gobierno de Colombia a establecer canales de comunicación dificulta trabajar más eficientemente a favor de la legalidad en la frontera”.
Eso mientras el Gobierno venezolano, presidido por Nicolás Maduro, respeta todos los tratados internacionales y, además, está dispuesto a cooperar para zanjar los conflictos y establecer la seguridad y la estabilidad garantizadas en las fronteras comunes con Colombia, puntualizó.
Compartiendo 2200 kilómetros de frontera, Caracas y Bogotá mantienen una tensa confrontación en los últimos años. Los dos países rompieron todas las relaciones diplomáticas en 2019, después de que Colombia, secundado a EE.UU., reconociera al líder opositor Juan Guaidó como el “presidente interino” de Venezuela.
Las tensiones Bogotá-Caracas se han intensificado a principios de mayo de 2020, cuando el Gobierno venezolano denunció haber desarticulado una incursión mercenaria, llamada Operación Gedeón, tramada por Washington y Bogotá, con el objetivo de “asesinar” a Maduro.
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