Con el intento de golpe de Estado perpetrado por un reducido grupo de militares, la oposición pretendía bañar de sangre a Venezuela, ha dicho este miércoles el ministro de Planificación del país sudamericano, Ricardo Menéndez, en una entrevista con la agencia cubana Prensa Latina.
En la madrugada del martes, un grupo de militares se sublevó contra Nicolás Maduro y a favor del autoproclamado “presidente encargado” Juan Guaidó, y ayudó a escapar de su arresto domiciliario al conocido opositor Leopoldo López. Poco más tarde, Guaidó y López llamaron a los venezolanos a “salir juntos a la calle” para apoyar a los desertores.
No obstante, horas después del anuncio de la asonada, el Ministerio de Defensa venezolano anunció la derrota de la acción violenta y la determinación de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) a mantenerse firme en la defensa de la Constitución y de las autoridades legítimas.
Las declaraciones de los enemigos foráneos de Venezuela le quitan la careta a quienes no tienen el más mínimo respeto por el derecho Internacional y la autodeterminación de los pueblos”, dice el ministro de Planificación de Venezuela, Ricardo Menéndez, denunciando el apoyo de EE.UU. y ciertos países latinoamericanos a la intentona golpista contra Nicolás Maduro.
En línea con las declaraciones de Menéndez, el ministro de Defensa Vladimir Padrino López dijo en la misma jornada de ayer que cualquier acto de violencia que ocurra en el país será responsabilidad de “la dirigencia fascista, antipatriótica, que no merece el respeto de los venezolanos”. “Estas acciones andan buscando un derramamiento de sangre”, sostuvo.
Según señala Menéndez en su entrevista con Prensa Latina, la sublevación golpista “constituye una demostración del carácter fascista de la derecha venezolana” y se produjo “al margen de la ley y de toda constitucionalidad contra la soberanía” de la nación caribeña.
En otro momento de sus declaraciones, el ministro critica a EE.UU. y a los países latinoamericanos que apoyan los intentos de los opositores por perpetrar un golpe de Estado en la República Bolivariana.
“Las declaraciones de los enemigos foráneos de Venezuela le quitan la careta a quienes no tienen el más mínimo respeto por el derecho Internacional y la autodeterminación de los pueblos”, sentencia Menéndez.
Por último, el dignatario achaca la obsesión del imperio con Venezuela a su ambición de hacerse con el control de las reservas naturales del país, como el petróleo y el oro.
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