• El vicecanciller sirio, Faisal al-Miqdad.
Publicada: domingo, 7 de diciembre de 2014 3:01
Actualizada: domingo, 9 de abril de 2017 8:48

El viceministro de Asuntos Exteriores de Siria, Faisal al-Miqdad, ha denunciado que el régimen de Israel cuenta con todo tipo de armas de destrucción masiva, pero no muestra disponibilidad para desarmarse.

"... Israel posee todos los armamentos nucleares, químicos y biológicos, y apoyado por EE.UU., el Reino Unido y otros países occidentales, anuncia abiertamente que no va a renunciar a ninguno de ellos", ha lamentado Al-Miqdad en un artículo publicado este sábado en el diario libanés Al-Binaa.

Al-Miqdad ha afirmado que las armas de destrucción masiva de Estados Unidos, el Reino Unido y Francia en cuestión de minutos son capaces de destruir el planeta entero cinco o seis veces. Sin embargo, ha agregado, los representantes estadounidenses alegan en las conferencias internacionales que no son responsables de las guerras actuales que "por casualidad" tienen lugar en los países en vías de desarrollo.

"¿Quién va a obligar a los presidentes y jefes de los Ejércitos de EE.UU. y Francia a rendir cuentas por sus crímenes en Japón, Afganistán, Irak, Paquistán, Vietnam, Argelia y Libia?", ha cuestionado.

El vicecanciller sirio ha recordado que Siria planteó en 2003 un proyecto para convertir a Oriente Medio en una zona libre de todo tipo de armas de destrucción masiva, para después insistir en que si Washington y sus aliados son serios para el logro de este objetivo tienen que comenzar con sí mismo y el régimen israelí.

El año pasado, un documento desclasificado de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés) reveló que el régimen de Israel construyó hace décadas, de forma clandestina, su propio almacenaje de armas químicas y biológicas.

Por otra parte, el semanario militar estadounidense Jane's Defence Weekly, reveló en octubre de 2013 que el régimen israelí fabrica todo el material necesario para producir cada año entre 10 y 15 bombas atómicas como las que utilizó EE.UU. en la ciudad japonesa de Nagasaki (1945).

Pese a tales informes, este régimen, con el apoyo de EE.UU., trata de mantener una política de ambigüedad al respecto y hasta el momento ha rechazado las llamadas internacionales para firmar la Convención sobre Armas Químicas (CAQ) y el Tratado de No Proliferación (TNP).

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