“La Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) ha comenzado una campaña para reclutar y entrenar combatientes de las (llamadas) Fuerzas Democráticas de Siria (FDS) para (…) proteger las operaciones de contrabando de petróleo en esta región”, alertó el prominente periodista palestino Abdel Bari Atwan, citando relatos recibidos desde la provincia siria de Al-Hasaka (noreste).
En un artículo publicado el sábado en el diario Rai al-Youm, Atwan informó de que Estados Unidos paga por ese servicio 350 dólares por mes a los miembros de las FDS.
El analista político, no obstante, resalta que los estadounidenses enfrentarán en los próximos meses dificultades para mantener sus posiciones cerca de los campos petrolíferos sirios, debido a la deserción de un número de fuerzas, patrocinadas por Washington, en la región de Al-Tanf, situada en la provincia de Homs (sureste).
Entonces, vaticinó el comunicador, “los territorios (…) y pozos de petróleo y gas volverán inevitablemente a la soberanía siria”.
En enero, el presidente de EE.UU., Donald Trump, expresó abiertamente que controlaría los campos petroleros sirios para, supuestamente, protegerlos del Gobierno de Damasco. Esta promesa se está cumpliendo, pese al rechazo de los sirios y advertencias de que, con esa medida, el mandatario republicano busca debilitar la economía siria y el proceso de reconstrucción del país árabe, tomando en cuenta que los ingresos del crudo constituyen una parte importante de los fondos de Siria.
Entre tanto, se alerta del aumento de la amenaza del brote infeccioso en las regiones sirias que ocupa Estados Unidos, como la del este del río Éufrates (noreste).
Por ello, Rusia atribuyó a EE.UU. toda la responsabilidad, en caso de que la población civil de las regiones sirias que ocupa dé positivo por el nuevo coronavirus, y urgió a Washington a garantizar el suministro médico y sanitario a esas zonas.
Los esfuerzos de Damasco para contener la pandemia se ven obstaculizados por las ilegales sanciones impuestas por EE.UU.
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