El lunes, el ministro para Reconciliación Nacional de Siria, Ali Haidar, condenó el ataque con fósforo de EE.UU. en la provincia siria de Deir Ezzor.
El Ejército ruso dijo que dos aviones de combate estadounidenses F-15 arrojaron bombas de fósforo, mientras Washington rechaza el hecho.
El ministro sirio también aseguró que el Gobierno está haciendo uso de todos los medios a su alcance para liberar todos los territorios, incluidas las áreas del noreste de Siria, del dominio de los terroristas y las fuerzas apoyadas desde el exterior.
Las palabras del ministro se referían a los kurdos apoyados por EE.UU. y los enfrentamientos en la ciudad nororiental de Qamishli entre ellos y las fuerzas sirias.
Tras casi 8 años de guerra, la crisis del país árabe al parecer está llegando a su fin, si el gobierno logra liberar el bastión más importante de terroristas en Idlib.
Sin embargo, los occidentales hablan de preocupaciones por la situación humanitaria, y Rusia advierte que todo es un show político para luego realizar un supuesto ataque químico atribuyéndolo a Damasco y así impedir que el proceso de la lucha antiterrorista, y la paralela solución política continúen como es debido, para que el conflicto se mantenga hasta que los occidentales logren sus objetivos.
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