Investigadores del Hospital General de Massachusetts (Estados Unidos) creen haber descubierto el vínculo hormonal que permite que el ejercicio reduzca el riesgo de Alzhéimer la última afirmación de que “la mejor manera conocida de combatir la enfermedad es mantenerse activo”.
El estudio, publicado el viernes en la revista Neuron, indica que la hormona irisina, que circula por el cuerpo durante el ejercicio, puede ayudar a reducir los depósitos de un fragmento de proteína llamado beta amiloide en las células cerebrales de un paciente.
Estos depósitos de beta amiloide crean una placa dentro del cerebro que los científicos creen que causa los síntomas característicos del Alzhéimer.
Para descubrir esta conexión, los investigadores aplicaron irisina a un modelo de cultivo celular humano 3D del Alzhéimer que crearon. Al hacerlo, descubrieron que la irisina condujo a un aumento en la actividad de una enzima llamada neprilisina, lo que a su vez provocó una “reducción notable” en la placa y los depósitos de beta amiloide.
Anteriormente los investigadores habían descubierto que el ejercicio físico puede reducir los depósitos de beta amiloide en la enfermedad de Alzhéimer, pero los mecanismos involucrados habían sido desconocidos hasta ahora.
¿Ejercicio físico hasta dónde puede prevenir el Alzhéimer?
Según la Sociedad del Alzhéimer, el ejercicio regular puede reducir el riesgo de desarrollar demencia en aproximadamente 30 %, y para el Alzhéimer en particular (el Alzhéimer es un tipo de demencia), ese riesgo puede reducirse en 45 %.
¿Qué otras actividades también pueden reducir el riesgo de Alzhéimer?
Un grupo de investigadores de Australia, Illinois y Minnesota descubrieron en julio que completar rompecabezas, jugar a juegos de cartas, ajedrez, tomar clases de educación para adultos y otras actividades cognitivas desafiantes pueden reducir el riesgo de desarrollar demencia después de los 70 años hasta en 11 %.
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