Así lo ha informado el sábado el Sistema para Reportar Reacciones Adversas a las Vacunas (VAERS, por sus siglas en inglés), que es un sistema de datos federal, según el portal estadounidense The Epoch Times. En algunos casos, los pacientes murieron pocos días después de recibir la vacuna anti-COVID-19.
En un caso, un hombre de 66 años, residente de un hogar de ancianos en Colorado, tenía sueño y se quedó en la cama un día después de recibir la vacuna Moderna. Al día siguiente, el residente “fue observado en la cama, inmóvil, pálido, con los ojos medio abiertos y espuma saliéndole de la boca y sin responder”, indica el informe del VAERS. “No respiraba y no tenía pulso”, añade.
En otro ejemplo, un hombre de 93 años de Dakota del Sur fue vacunado con la inyección Pfizer-BioNTech el 4 de enero, alrededor de las 11.00h, hora local. Aproximadamente dos horas después, dijo que se sentía cansado y no podía continuar con la fisioterapia que estaba haciendo. Luego, lo regresaron a su habitación, donde dijo que le pesaban las piernas. Poco después, dejó de respirar.
Además de las muertes, la gente también ha informado de 96 eventos potencialmente mortales tras la vacunación, así como 225 hospitalizaciones y 1388 visitas a la sala de emergencias. No obstante, las autoridades sanitarias estadounidenses dicen que se están investigando los efectos secundarios de las vacunas y afirmas que son seguras.
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