En una entrevista con Infosalus, publicada este domingo, la jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Universitari Sagrat Cor (Barcelona), la doctora Montse Salleras, ha afirmado que los cambios, en primer lugar, pueden manifestar enfermedades de las propias uñas, que en este caso “el tono suele ser verdoso”, ha dicho.
Fuera del espectro de los problemas infecciosos de la propia uña, un color amarillento o blanco indica degeneración ungueal, mientras un color negro, o entre marrón y negro, puede indicar la presencia de algún tumor, benigno o maligno, de acuerdo con la dermatóloga.
“El cambio de color puede ser debido a infecciones, que generalmente son por hongos, en cuyo caso la uña suele ser amarillenta y también se engruesa”, ha señalado Sagrat, antes de mencionar que la edad, la diabetes o los problemas neurológicos también hacen gruesas a las uñas y dan un color más opaco y más amarillo blanquecino.
El cambio de color puede ser debido a infecciones, que generalmente son por hongos, en cuyo caso la uña suele ser amarillenta y también se engruesa”, señala la jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Universitari Sagrat Cor (Barcelona), la doctora Montse Salleras.
Las uñas también pueden tener un color azul o violáceo. En este caso, “normalmente indican muy mala circulación. Llega menos sangre al final del dedo y se ve violáceo”, ha especificado la doctora que, asimismo, ha citado más colores en esta particular escala: rojo, marrón o negro.
“Cuando la uña se pone roja indica traumatismos e indica que hay una hemorragia subungueal, debajo de la uña”, ha continuado la dermatóloga. Igual que si la uña se pone negra. “Puede ser que sea un traumatismo y que el color en lugar de ser rojo sea más negruzco”, ha expresado.
Estas rayas en las uñas se deben al propio envejecimiento de la uña. “Igual que hay arrugas en la piel hay arrugas en las uñas”, pero también pueden ser síntoma de “problemas de sequedad, deshidratación o que estén rayadas por manicuras o por el uso de sustancias que las han deslustrado o dañado”, ha revelado la experta.
En este contexto, Salleras ha recomendado “no realizar maniobras de manicura o pedicura agresivas, intentar que los barnices y quitaesmaltes sean de calidad para que no dañen la uña” y que, si se quieren usar uñas de gel “se deje respirar a la uña”.
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