El presidente de Rusia, Vladímir Putin, recibió en la ciudad de Sochi a su homólogo bielorruso, Alexandr Lukashenko. Durante la cita, Putin reiteró que su país no representa ninguna amenaza para nadie y recalcó que los propios estadounidenses aseguran que las amenazas vienen desde la Casa Blanca.
Así lo había dicho el exsecretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, según recuerda el mandatario ruso.
Putin también denunció que Washington consigue lo que quiere mediante sanciones económicas y la amenaza de la fuerza militar, e incluso utiliza municiones de racimo en manos del Ejército ucraniano, aunque la propia Casa Blanca califica su uso de delito.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, a su vez, denunció que existe una conspiración en torno al tema de las negociaciones ruso-ucranianas.
Además, cuestionó si conoce o no el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, sobre una ley de Kiev, que prohíbe cualquier negociación con Moscú.
Lavrov afirmó que Moscú también apoya firmemente la iniciativa del Mar Negro sobre la exportación del grano ucraniano, auspiciada por la Organización de las Naciones Unidas, siempre y cuando Rusia no siga ajeno a los beneficios previstos en el pacto.
El canciller ruso subrayó que tanto en el caso de la reanudación de las negociaciones, como las exportaciones de grano, la pelota está en el lado ucraniano. Añadió que hay muchas pelotas y muchas de ellas ya están acumuladas ahí desde hace bastante tiempo.
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