“El proceso de reconstrucción en Siria no es fácil debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos y Occidente, y esas sanciones no apuntan sólo contra el Gobierno sirio, sino contra todo el pueblo”, ha afirmado este jueves el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov.
Además de subrayar que estas sanciones impiden resolver los problemas humanitarios en Siria, el canciller ruso ha enfatizado también la necesidad de seguir luchando contra el terrorismo y las tendencias separatistas en el país árabe.
Lavrov ha hecho tales afirmaciones en declaraciones a la prensa desde Doha (la capital de Catar), donde finaliza su gira por los países de la región que incluyó también Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU); en la conferencia de prensa también participaron sus homólogos turco y catarí, Mevlut Cavusoglu y Muhamad bin Abdulrahman Al Thani, respectivamente.
Rusia, Turquía y Catar han acordado respaldar el proceso político y humanitario en Siria, incluido el regreso “voluntario y pacífico” de millones de refugiados y desplazados sirios a sus hogares.
Los tres países han manifestado su disposición a brindar pleno apoyo para llegar a una solución política en Siria y poner fin a la guerra devastadora que vive el país árabe desde 2011. Asimismo, han exigido el regreso de Siria a la Liga Árabe (LA), diciendo que este asunto sería posible después de la estabilidad en la región de Asia Occidental.
“Tenemos una postura unificada sobre la situación humanitaria y la ayuda para restaurar la devastada infraestructura en Siria […] y sobre la lucha contra los grupos terroristas y separatistas que amenazan la seguridad nacional”, ha concluido Lavrov.
Desde septiembre de 2015, Rusia brinda apoyo al Ejército sirio en el combate a las bandas terroristas, a petición del Gobierno de Damasco, presidido por Bashar al-Asad.
El apoyo de Rusia a Siria ha sido de tal relevancia que, actualmente, las fuerzas sirias y sus aliados han podido liberar, casi en su totalidad, el territorio sirio de manos de las agrupaciones extremistas, hasta el punto de que la presencia de los ultraviolentos se limita a la provincia de Idlib (noroeste), donde el Ejército sirio ha puesta en marcha una serie de operaciones para recuperar el último bastión de los terroristas.
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