Después de haber aseverado que lo que Estados Unidos estaba haciendo para investigar y desarrollar misiles de alcance intermedio y corto violaba el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés), el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha subrayado que la conducta de Washington en este sentido “fue la causa del desmantelamiento de este documento tan importante desde el punto de vista de la seguridad internacional”.
Peskov ha enfatizado que Moscú no tiene intención alguna de participar en una nueva carrera armamentista, ya que cuenta con la capacidad tecnológica necesaria para defender su seguridad nacional, aunque teme una nueva ronda de rivalidad.
“Sin duda, en el Kremlin están preocupados por una nueva ronda en la carrera armamentista. Sin embargo, quiero recordar las palabras del presidente (Vladimir) Putin de que Rusia no va a involucrarse en esta potencial carrera armamentista, ya que creó para los próximos años una base relacionada con la superioridad tecnológica para garantizar la seguridad y la paridad”, ha aducido.
Sin duda, en el Kremlin están preocupados por una nueva ronda en la carrera armamentista. Sin embargo, quiero recordar las palabras del presidente (Vladimir) Putin de que Rusia no va a involucrarse en esta potencial carrera armamentista, ya que creó para los próximos años una base relacionada con la superioridad tecnológica para garantizar la seguridad y la paridad”, dijo Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin.
Los comentarios de Peskov se producen un día después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmara que el país norteamericano “ahora está desarrollando armas nuevas e increíbles”.
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Tras la salida de EE.UU. del Tratado INF, firmado el 8 de diciembre de 1987 entre la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y Estados Unidos, que obligaba a las dos partes a eliminar todos los misiles, tanto nucleares como convencionales, que tuvieran un alcance de entre 500 y 5500 kilómetros, Moscú también puso fin a su compromiso con el mismo.
Washington acusaba a Moscú de violar el Tratado INF al “desarrollar en secreto” las armas que en el convenio se prohíben, y utilizó dicho pretexto para su salida del pacto, medida que anunció el pasado febrero.
Rusia, por su parte, niega tajantemente estas imputaciones y denuncia que es la Casa Blanca la que incumplió el acuerdo al desplegar escudos antimisiles cerca de sus fronteras occidentales para hacer frente a la que ha dado en llamar la “amenaza rusa”.
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