• El portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en una rueda de prensa.
Publicada: jueves, 14 de marzo de 2019 6:11
Actualizada: viernes, 15 de marzo de 2019 1:01

El Kremlin ve en los proyectos de ley antirrusos de EE.UU. una “exaltación emocional” que crecerá a medida que se acerquen las elecciones estadounidenses.

El portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, dijo el miércoles que el nuevo paquete de proyectos de ley antirrusos ​​​es producto de “la exaltación emocional de Washington” y solo entorpece un posible entendimiento entre Rusia y Estados Unidos.

“Esos proyectos de ley solo pueden tener un efecto adverso (en las relaciones entre Moscú y Washington). Esta línea de sentimiento antirruso muy hostil y desenfrenada continúa. Esto es una continuación de esa exaltación emocional. Por lo tanto, no esperamos ningún tipo de evaluación sobria de los legisladores de Estados Unidos por el momento”, ha señalado Peskov.

El vocero ruso afirma estar seguro de que la intensificación de la rusofobia aumentará conforme se aproximen las elecciones presidenciales de Estados Unidos, previstas para el 2020, pues, explica Peskov, “el sentimiento antirruso siempre ha sido utilizado como una herramienta electoral en Estados Unidos”.

Esos proyectos de ley solo pueden tener un efecto adverso (en las relaciones entre Moscú y Washington). Esta línea de sentimiento antirruso muy hostil y desenfrenada continúa. Esto es una continuación de esa exaltación emocional. Por lo tanto, no esperamos ningún tipo de evaluación sobria de los legisladores de Estados Unidos por el momento”, dice el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitry Peskov.

 

El funcionario del Kremlim, al explicar a qué se refiere como “exaltación emocional de Washington” pone como ejemplo algunas resoluciones antirrusas ya aprobadas por la Cámara de Representantes de Estados Unidos, como la que exige la rendición de cuentas por el asesinato del opositor ruso Boris Nemtsov, la que pide investigar las finanzas del presidente de Rusia, Vladimir Putin, o la que prohíbe el reconocimiento de la soberanía de la Federación Rusa sobre Crimea.

En este contexto, prosigue que los miembros del Congreso estadounidense “están fuertemente influenciados por estas emociones, que les impiden evaluar la situación con seriedad, por lo que muestran al menos algún tipo de voluntad política a la hora de tomar medidas, que creemos que podrían satisfacer los intereses de los dos países”.

Desde que llegó a Casa Blanca el presidente estadounidense, Donald Trump, ha mostrado interés en mejorar las relaciones de Washington con Moscú, y ha considerado que la mala relación entre los dos países se debe a los “años de estupidez” de EE.UU.

Sin embargo, los servicios de inteligencia estadounidenses afirman que Rusia ayudó el triunfo de Trump en las presidenciales de 2016. Por su parte, Moscú refuta dichas acusaciones y considera que se trata de un invento para deslegitimar al magnate republicano.

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