Entre los productos originarios de EE.UU. que podrán ser prohibidos o restringidos por Rusia destacan programas de ordenador y equipos técnicos, incluidos los motores para cohetes espaciales. Dicho proyecto de ley podría afectar también a los Estados que se sumen a las iniciativas punitivas norteamericanas.
El proyecto, cuyo fin es “evitar” y “atajar” las sanciones de la Administración estadounidense contra las ramas de la economía rusa, así como contra personas físicas y jurídicas de este país, se debatirá en primera lectura el 15 de mayo, según informaron varios medios el lunes.
“Creo que el horario de la deliberación acerca de este importante proyecto de ley será elaborado con el fin de evitar demoras. La situación en sí misma dicta la necesidad de hacer esfuerzos bastante enérgicos”, ha dicho Riabkov, citado por la agencia de noticias rusa RIA.
Creo que el horario de la deliberación acerca de este importante proyecto de ley (que prohíbe la importación de productos procedentes de Estados Unidos) será elaborado con el fin de evitar demoras. La situación en sí misma dicta la necesidad de hacer esfuerzos bastante enérgicos”, dijo el viceministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov.
De hecho, esta información ve la luz un día después de que la embajadora estadounidense ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Nikki Haley, dijera que Washington iba a anunciar nuevas sanciones contra compañías rusas que trabajen con equipos vinculados con el supuesto desarrollo y uso de armas químicas por parte del Ejército de Siria.
Se espera que el anuncio se produzca este martes, es decir, varios días después de que aconteciera el ataque con misiles lanzado por Estados Unidos, Francia y el Reino Unido contra el territorio sirio, so pretexto de un supuesto ataque químico, el pasado 7 de abril, en la ciudad de Duma, en la región de Guta Oriental; incidente rechazado por el Gobierno sirio.
Washington acusa a estas compañías rusas de tener vínculos con el arsenal químico de Siria pese a que en 2014 el Gobierno sirio entregó su arsenal a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) y, en enero de 2016, este organismo anunció su total destrucción.
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