“Son indignantes las acciones de los gamberros que atacaron nuestra embajada, nuestros consulados generales, incluso irrumpieron en el territorio y arrancaron las banderas”, ha denunciado este jueves Lavrov durante una entrevista con la televisión rusa Ren TV.
Sus declaraciones vienen después de que el miércoles por la noche unos desconocidos lanzaran cócteles molotov al recinto de la embajada, según ha informado el portavoz de la embajada rusa en Ucrania, Oleg Grishin.
Por otro lado, el mismo miércoles un grupo de manifestantes radicales tiraron huevos contra el consulado ruso en la ciudad ucraniana de Odesa (sur), mientras en Lvov (oeste) otro grupo arrancó la bandera rusa izada en el edificio del consulado y la quemó.
Los actos violentos se registraron con la intención de apoyar a la piloto ucraniana detenida en Rusia, Nadyia Savchenko, quien está siendo procesada en el país euroasiático por su supuesta implicación en un bombardeo realizado por el Ejército ucraniano sobre una localidad cerca de la ciudad de Lugansk (este de Ucrania) en junio de 2014, en el que murieron dos periodistas rusos.
Son indignantes las acciones de los gamberros que atacaron nuestra embajada, nuestros consulados generales, incluso irrumpieron en el territorio y arrancaron las banderas”, ha denunciado el canciller ruso, Serguei Lavrov.
En este sentido, el canciller ruso ha condenado categóricamente los actos y ha recalcado que Moscú no tendrá tolerancia ante ningún tipo de acción ilegal contra sus diplomáticos y sus familias en ese país.
Lamentando que la comunidad internacional no ha mostrado ninguna reacción ante lo ocurrido, lavrov también agrega que la salida de esas personas a la calle queda restringida.
“Allí (en la embajada de Rusia) hay abastecimiento y reservas, disminuimos al máximo las salidas a la ciudad, sobre todo sin una necesidad laboral seria (…) controlamos regularmente la situación y mantenemos contacto con el embajador (de Rusia en Ucrania Mijaíl Zurabov) y sus empleados”, ha añadido.
Desde abril de 2014, las regiones orientales de Ucrania —sobre todo, Lugansk y Donetsk—, son escenarios de conflictos entre las fuerzas de Kiev y los independentistas que se han cobrado la vida de unas 8000 personas, además de dejar 1,3 millones de desplazados internos.
Tanto Kiev como Estados Unidos y sus aliados han acusado en múltiples ocasiones a Rusia de apoyar a los independentistas y tratar de desestabilizar Ucrania. Sin embargo, Rusia ha desmentido categóricamente las acusaciones en reiteradas ocasiones.
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