“Si el Grupo de los Siete realmente está preocupado por la paz y la seguridad en la región, debe utilizar sus herramientas para poner fin de inmediato al genocidio de los palestinos y detener las agresiones del régimen sionista en Líbano, Siria y otros países de la región”, ha afirmado este jueves el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Esmail Baqai.
Ha señalado la responsabilidad clara de los países miembros del G7, especialmente de Estados Unidos, en el empeoramiento de la inseguridad y la inestabilidad en Asia Occidental debido a su apoyo militar, financiero y político integral a Israel, y advirtió sobre las graves consecuencias de este enfoque para la paz y la estabilidad en la región.
Después de la exitosa ejecución de la operación Verdadera Promesa II contra los objetivos militares israelíes en los territorios ocupados, los líderes del Grupo de los Siete, en un comunicado, condenaron la respuesta legítima de Irán a los crímenes de Israel.
Estos países enfatizaron la necesidad de implementar completamente las resoluciones 2735 (sobre el plan de tres etapas para establecer un alto el fuego en la región) y 1701 (que puso fin a la guerra entre el régimen sionista y Hezbolá en 2006), sin hacer referencia al terrorismo de estado del régimen sionista en el asesinato de líderes de la Resistencia, como el secretario general del Movimiento de la Resistencia Islámica de Líbano (Hezbolá), Seyed Hasan Nasralá.
El martes por la tarde, la Fuerza Aeroespacial del el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán lanzó una ola de misiles balísticos contra bases militares y de inteligencia israelíes clave en el corazón de los territorios ocupados, en respuesta al asesinato de los principales líderes de la Resistencia —Ismail Haniya, jefe del Buró Político del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), y el líder de Hezbolá— y Abás Nilforushan, un alto comandante del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, por parte del régimen sionista.
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