Estos incidentes son los últimos de un conflicto que ya se extiende por 19 meses que ha provocado decenas de miles de muertos y más de 10 millones de desplazados, incluidos tres millones que han cruzado las fronteras del país buscando refugio.
El ataque más letal ocurrió el martes en una zona controlada por el ejército en Omdurmán, cuando un autobús lleno de pasajeros fue impactado directamente por un proyectil de artillería. Según testigos y grupos de monitoreo, las 22 personas a bordo perdieron la vida.
Ahmed Osman Hamza, gobernador de la capital sudanesa respaldado por el ejército, atribuyó el ataque a las RSF y confirmó la muerte de todos los pasajeros. Según Hamza, este proyectil fue uno de varios lanzados por las RSF contra la capital ese día, causando un total de más de 60 muertos.
Omdurmán, junto con Jartum y Bahri, forma parte de la región metropolitana de la capital sudanesa. Mientras el ejército mantiene el control sobre la mayor parte de Omdurmán, las RSF dominan amplias zonas de Jartum y Bahri. Los bombardeos cruzados desde el Nilo se han convertido en una constante desde que el ejército retomó importantes áreas de Omdurmán en marzo.
El lunes, otro episodio devastador tuvo lugar en Kabkabiya, una ciudad del norte de Darfur. Un ataque aéreo del ejército sobre un mercado al aire libre dejó más de 100 muertos, según denunció el grupo pro-democracia “Abogados de Emergencia”.
El ejército negó cualquier implicación en este ataque, aunque justificó su derecho a atacar lugares usados por las RSF con fines militares.
Tanto el ejército como las RSF enfrentan acusaciones de crímenes de guerra por parte de la ONU y organizaciones de derechos humanos. Mientras las RSF han sido señaladas por asesinatos étnicamente motivados, violaciones y saqueos, el ejército es acusado de realizar ataques indiscriminados en áreas densamente pobladas que han causado miles de muertes.
El comandante de las Fuerzas Armadas y líder de facto de Sudán, el general Abdel Fattah Al Burhan, ha prometido continuar la lucha hasta lograr la victoria, rechazando repetidamente las iniciativas internacionales para negociar el fin de la guerra.
Por su parte, el general Mohamed Dagalo, líder de las RSF, acusa al ejército de aliarse con islamistas leales al régimen de Omar Al Bashir, depuesto en 2019 tras un levantamiento popular.
Al Burhan y Dagalo, antiguos aliados, lideraron juntos el golpe de Estado de 2021 que truncó la transición democrática del país, pero pronto se enzarzaron en una lucha por el control de esta vasta nación afroárabe.
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