• El vocero de la Cancillería iraní, Naser Kanani.
Publicada: domingo, 25 de agosto de 2024 15:22

En referencia a la lección de Arbaín, que recuerda la lucha contra la injusticia, el portavoz de la Cancillería iraní vaticina la victoria del pueblo palestino. 

Naser Kanani ha destacado este domingo en su cuenta de la plataforma X la participación masiva de millones de fieles musulmanes de todo el mundo en la caminada de Arbaín, un ritual religioso que se celebra 40 días después del aniversario del martirio del Imam Husein (P), el nieto del Profeta Mohamad (que en paz descanse) y el tercer Imam de los chiíes.

La ceremonia reúne a los creyentes musulmanes y no musulmanes en la ciudad iraquí de Karbala, donde se encuentra el santuario del Imam Husein (la paz sea con él). Los fieles rinden homenaje al Imam Husein (P) y sus compañeros por luchar contra el corrupto gobernante omeya Yazid ibn Muawiya hace 15 siglos. Karbala simboliza la lucha perenne entre la verdad y la falsedad, el derecho y el poder y la justicia y la injusticia.

El vocero de la Diplomacia iraní ha dicho que la multitudinaria participación de los fieles en la caminata de Arbain “es un símbolo claro de la eternidad de la verdad y la desaparición eterna de la opresión”.

 

“La gran lección de Arbaín es caminar por el sendero de la verdad, apoyar a los oprimidos y rechazar a los Yezidíes del mundo de hoy [el régimen de Israel], quienes, con su máquina de matar en Gaza, en aproximadamente 11 meses, han martirizado a más de 40 000 ciudadanos palestinos inocentes, la mayoría de ellos mujeres y niños”, ha afirmado.

Kanani ha vaticinado una victoria final para el pueblo y la Resistencia de Palestina en su lucha con el régimen ocupante. “La sangre de los oprimidos palestinos prevalecerá sobre la espada de la opresión de los Yezidíes de nuestro tiempo”, subraya.

Este año, el apoyo a Palestina ante el genocidio del pueblo en la Franja de Gaza y los crímenes del régimen de ocupación israelí ha sido el mensaje de la gran caminata de Arbaín, pues, de hecho, esta marcha anual se ha convertido en una escuela de ética inimitable y un estandarte para la defensa de los derechos humanos, además de ser un punto de convergencia interreligiosa.

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