“Sin lugar a dudas, tal medida va en contra de los intereses del pueblo palestino y dejará impactos negativos en la estabilidad y la seguridad de la región”, señaló el domingo el director general para Asuntos Internacionales del Parlamento iraní, Hosein Amir Abdolahian, en reacción a la aprobación por el Gobierno armenio de un proyecto de ley para abrir una embajada en Tel Aviv.
El alto funcionario iraní condenó, en duros términos, cualquier normalización de los lazos entre países árabes y no árabes con el “régimen racista israelí”, e insistió en la necesidad de que los Estados islámicos adopten posiciones en línea con el apoyo de los derechos de la nación palestina.
Tras subrayar que las relaciones amistosas entre Teherán y Ereván es un elemento clave en el establecimiento de la estabilidad y la seguridad en la zona, Amir Abdolahian expresó su deseo de que el Gobierno armenio revise su decisión y adopte las medidas necesarias para apoyar al pueblo oprimido de Palestina.
Por otro lado, Amir Abdolahian advirtió de los planes de Israel para anexar la Cisjordania ocupada y lo calificó de “un acto agresivo e injustificado” que podría aumentar aún más la tensión en la región de Asia Occidental.
A finales del pasado febrero, el régimen israelí aprobó la construcción de 1800 nuevas viviendas en asentamientos ilegales en Cisjordania, pese a rechazos y condenas de los organismos pro derechos humanos y un gran número de los países del mundo.
La expansión de las viviendas ilegales de Israel se ha acelerado durante los últimos años bajo el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su aliado en EE.UU., el presidente Donald Trump, quien presentó el pasado 28 de enero el polémico plan anti-Palestina, el llamado ‘acuerdo del siglo’, que anima al régimen de Tel Aviv a ocupar más territorios palestinos.
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