Este domingo, miles de personas han salido a las calles de todas las ciudades de Irán con motivo del Día Nacional del Estudiante y del Día Nacional de la Lucha contra la Arrogancia de EE.UU., que recuerda la toma de la embajada de Estados Unidos —edificio conocido entre el pueblo iraní como el “Nido de Espionaje”—, el 4 de noviembre de 1979 por un grupo de estudiantes universitarios iraníes.
En la declaración final de las marchas, los indignados han destacado que contrarrestar la arrogancia es uno de los principios de la Revolución Islámica de Irán, así como la lucha del Islam contra la blasfemia, que, de ninguna manera, se limita a un momento o lugar concretos.
Asimismo, los participantes en las manifestaciones se han comprometido a continuar haciendo frente al sistema hegemónico y al arrogante Gobierno de EE.UU. como parte de sus obligaciones religiosas y revolucionarias.
La nota asevera que la salida unilateral de EE.UU. del Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), nombre oficial del acuerdo nuclear alcanzado en 2015 entre Irán y el Grupo 5+1 (entonces conformado por EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania), y el endurecimiento de las políticas hostiles del país norteamericano han puesto de relieve la animosidad que siente Washington hacia Irán, además de su desconfianza.
Debido a las sanciones económicas que EE.UU. le ha impuesto a Irán, los manifestantes han hecho hincapié en la necesidad de utilizar las capacidades nacionales para superar las actuales vicisitudes financieras.
La declaración alude, además, al “falso e infanticida régimen sionista” y anuncia que el apoyo a las personas reprimidas por Estados Unidos e Israel es un deber religioso e intrínseco a la naturaleza del ser humano.
De igual modo, el texto insta a las autoridades gubernamentales a desarrollar los avances logrados en los últimos 40 años y ser completamente independientes de los poderes débiles.
Estas marchas multitudinarias han tenido lugar el mismo día en el que ha entrado en vigor la reimposición de la segunda tanda de sanciones de EE.UU. contra Irán después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, sacara a su país en mayo del mencionado acuerdo nuclear.
El Gobierno iraní condenó el sábado la reimplantación de los embargos estadounidenses y dijo que, pese a que “las presiones y hostilidades” han provocado sufrimiento a personas inocentes, Washington no ha logrado impedir que el pueblo iraní siga el camino de la independencia y la resistencia.
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